De Rosario a la Habana

De Rosario a la Habana
Recorrido por Sudamerica

jueves, 27 de marzo de 2008

ULTIMA PARADA

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Antes de pasar a Venezuela estoy haciendo una parada en Bucaramanga para visitar unos amigos, compartir las enseñanzas del camino y aprender algo –como siempre-. Recién llegadito de Santa Marta con onda costeña arrastro las trenzas del pelo que me hizo alguna negra por allá en las playas. Ahí compartimos, con unos amigos argentinos que encontré al llegar, la música al aire libre. Tocando en la calle, en los estaderos, restaurantes y playas en condición de serenateros, muchas anécdotas. La gente me sorprende día a día con gestos de lo más variados. Así pasamos semana santa. De paso me hice amigo de unos personajes españoles y en conjunto le pusimos música a un bar, todo una experiencia. Todo ronda sobre las seis cuerdas, a las que se sumaron un cuatro venezolano, un tambor y mucha onda. Otra página de los grupos efímeros –pero entrañables- que se forman en el camino en el momento indicado. Lindos momentos me dejó Santa Marta entre amigos y playas “sal si puedes” es el dicho que se escucha entre los turistas que quedan atrapados en estos parajes.
La otra parada en la costa colombiana fue en Cartagena, otro espectáculo digno de ver. Después de Cusco esta fue la ciudad que mas me impacto por su arquitectura. Llegue de noche y me encontré con esas tremendas murallas y torreones coloniales frente al mar y enmarañados en una ciudad moderna, impresionante.
Fueron días muy buenos de playas y estudio. Parando en casa de Agustín aprendí un par de cosas: cocina vegetariana muy rica, yoga, fotografía y comunicación. Unos debates muy interesantes que no dan ganas de terminar.
Se me complicó un poco para tocar en la calle, realmente incomodo la cantidad de músicos callejeros sacándose los ojos por venderle una serenata a los turistas. Desistí del intento y me entregue a la lectura, que frente al mar, fue un placer.
Todos los días una experiencia, cada experiencia una vida. Esta forma de andar llevándose puesto el viento sin apuros ni preocupaciones se va tornando cada vez mas saludable al contrario de los que me preguntan si estoy practicando para faquir. Aprendiendo a vivir humildemente realmente no me falta nada, todo llega cuando es necesario. Ahí anda la cardenilla tocando bocina ansiosa de nuevas rutas, Venezuela y Cuba esperan. Ilusiones, proyectos, incertidumbre, añoranza, muchas cosas pasan por la cabeza en estos días, pero en cada charla se refuerza mi intención de descubrir el continente en su música. Ahí voy sin aflojar.